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Por Alejandro Armenta Mier
- Por citar un ejemplo, en la junta auxiliar de Santa Cruz en Molcaxac, Puebla, la inauguración de un puente y el mejoramiento de una escuela se logró hacer con un programa social de inversión de migrantes.
Con la aprobación de la Ley Federal de Migración, en nuestro país se abre un parte aguas en el análisis del fenómeno migratorio ya que esta ley surge en un contexto nacional de incertidumbre y crisis. Existen diversos acontecimientos que hacen suponer que las instituciones gubernamentales se encuentran infiltradas por organizaciones criminales.
Hemos observado cómo se aprovecha la condición de vulnerabilidad extrema en la que se encuentran los migrantes que han intentado atravesar la frontera sur del país pretendiendo alcanzar “el sueño americano”. En iguales circunstancias se encuentran los propios mexicanos provenientes del sur del país, de los principales estados de la república como Jalisco, Guanajuato, Michoacán, Guerrero, San Luis Potosí, Durango, Puebla y Zacatecas, quienes han sido vejados, explotados e incluso asesinados y lamentablemente son materia de la nota roja.
En países como México existen dos tipos de migración: la interna y la externa. La migración interna es aquella en la que las personas se cambian de lugar pero siempre dentro del mismo país y la externa en la que los emigrantes viajan al extranjero. En ambos casos, representa un problema muy grave debido a la extrema pobreza que padecen diversos sectores del país y, sus razones y los efectos que este fenómeno ha propiciado son muy complejos, pues están relacionados con factores de carácter político, económico, social, cultural e inclusive de carácter geográfico e histórico.
Casi toda la historia de la humanidad es la historia de las emigraciones. Los grandes movimientos culturales, económicos, geográficos y políticos dieron origen a desplazamientos en masa de la población, algunas veces espontáneos y otros forzados. Sin embargo, las emigraciones reflejan uno de los problemas más graves que enfrenta hoy la humanidad, propiciadas por la creciente desigualdad y deterioro del nivel de vida de grandes núcleos de la población mundial; ésa es la razón por la que los países que registran más emigración son los pertenecientes al denominado Tercer Mundo. Así se explican las corrientes migratorias del África hacia Europa y las de América Latina y Caribe hacia Norteamérica entre otras.
En países como el nuestro, en los años recientes este fenómeno se ha acelerado por la interdependencia que propicia la globalización y por las expectativas generadas por el paradigma Neoliberal. Sin embargo también observamos, que sobre todo, después de los acontecimientos del 11 de septiembre, en los Estados Unidos se impulsan leyes y políticas para impedir el flujo constante de mexicanos a ese país.
Según el Consejo Nacional de Población el nivel de escolaridad del migrante mexicano en un 49.4% no llega a nivel de secundaria, el 25% apenas tiene terminada la secundaria y solo el 4% tiene nivel profesional, con lo que los factores de vulnerabilidad social como pobreza, desnutrición, desempleo, ignorancia y analfabetismo se agudizan y provocan condiciones de sufrimiento extremo a los miles de mexicanos, centroamericanos, afro y asiáticos que utilizan la frontera más dinámica a nivel mundial con 4 mil km de frontera con Estados Unidos.
El problema migratorio no se podrá resolver con el simple hecho de decretar una ley, el tema migratorio debe entenderse como un fenómeno sociológico, antropológico e incluso bajo la retrospectiva histórica a nivel mundial y continental. Los flujos migratorios no se van a detener mientras persistan las disparidades en el desarrollo entre México y E.U.
Se estima por el INEGI que alrededor de 30 millones de migrantes de origen mexicano radican en la Unión Americana, siendo California el estado con mayor número de migrantes mexicanos (más de 8 millones), Texas se encuentra en segundo lugar, Nueva York en el tercero, destacando la presencia de los migrantes de origen poblano; el estado de Illinois en cuarto lugar, Arizona en el quinto mientras Colorado y Florida en la sexta y séptima posición respectivamente. El 45% de la fuerza laboral en EU es de migrantes mexicanos; resaltando que 2.8 millones de mexicanos migrantes viven en EU en condiciones de “pobreza”.
Las remesas enviadas por nuestros paisanos se clasifican en remesas familiares y repatriación de ahorros y remesas colectivas; las primeras se destinan para el sostenimiento de sus familias, mejoramiento de vivienda, capital de trabajo y activos familiares, las segundas se envían en forma de inversiones, de tipo personal o empresarial, destinadas en su mayoría a negocios en la localidad o región de origen y, el tercer tipo de remesas colectivas se envía con el fin de patrocinar alguna acción, proyecto o festividad comunitaria.Por citar un ejemplo, en la junta auxiliar de Santa Cruz en Molcaxac, Puebla, la inauguración de un puente y el mejoramiento de una escuela se logró hacer con un programa social de inversión de migrantes.
Ello explica la importancia que representa para las familias de los migrantes y de las propias localidades de cada entidad en México y el mundo para la sustentabilidad del desarrollo local. Por lo tanto el problema visto por algunas autoridades, se transforma en un gran espectro de oportunidades para los familiares que viven en cada estado y país que reciben remesas significativas. El programa 3x 1 debería multiplicarse a favor de quienes arriesgando su vida, abandonando a su familia, teniendo que soportar maltrato, desprecio y viviendo en condiciones precarias en un país con idiosincrasia, cultura y lengua distintas, aún hacen un esfuerzo por enviar recursos a su país, a su comunidad y a su familia.
En un momento fundamental para México, en la percepción pública pareciera que la nación se nos está deshaciendo entre las manos. Con un Estado que no cumple cabalmente con sus funciones básicas: Seguridad Púbica, salvaguardar la soberanía nacional y garantizar las libertades y derechos de los ciudadanos; en donde regiones enteras y gran parte de la población no son controladas y, los poderes de facto imponen las decisiones públicas y políticas fundamentales ante la ineficacia de muchas de las instituciones públicas.
Es saludable y alentador que el Congreso haya encontrado el consenso para materializar la Ley Federal de Migración, esperando que:
? Esta ley le dé personalidad jurídica propia al Instituto Nacional de Migración confiriéndole mayores obligaciones, entre ellas, la de reivindicarse ante los mexicanos y cumplir con responsabilidad y misión.
? Eficacia oportuna y honesta para garantizar la seguridad e integridad para las personas y para la Nación.
? Tomar previsiones para el tránsito humano ante las exigencias que impone la Globalización, ante tiempos difíciles y dolorosos que enlutan la conciencia de los mexicanos y de sus instituciones.
? Poner en primer lugar la dignidad y la integridad de las personas nacionales y extranjeras, que constituyen el complejo fenómeno migratorio de nuestro país. Asumir que cada persona que sale, entra o regresa, es un ser humano.
? Respetar la libertad de tránsito como un derecho humano y dejar fuera la criminalización de facto del fenómeno de la migración.
? Reconocer por ley las múltiples causas, las diversas facetas del fenómeno migratorio, así como su vinculación con el desarrollo y combatir la discriminación y sus nefastas derivaciones, evitando el maltrato, la crueldad, la explotación, la esclavitud, la segregación y, no pocas veces al asesinato y la muerte.
? En síntesis, que esta ley propicie que México se asuma en este mundo globalizado como un país abierto a las consecuencias necesariamente enriquecedoras del contacto y fusión con diferentes tradiciones y experiencias.
? Capacidad de las instancias del Ejecutivo responsables de instrumentar las políticas en materia migratoria y que la regulación de las actividades en el territorio nacional corresponda al espíritu de esta ley; al mismo tiempo que esté en sintonía con una estrategia integral de desarrollo, que aliente la permanencia de las personas en sus lugares de origen.
Por todo ello concluyo con una pregunta: ¿la migración es un problema o es un fenómeno complejo sociológico? Son muchas las respuestas y muchos los desafíos, por supuesto muchos los compromisos también. Los migrantes tienden a la permanencia, antes la migración solía ser temporal; ello plantea nuevas tareas para los mexicanos de aquí y de allá, estoy consciente de ello desde que tuve la oportunidad de trabajar, vivir y sentir las necesidades de grupos de migrantes poblanos que no cesan en la búsqueda del sueño americano pero que, paradójicamente, siguen añorando la nación.
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